sábado, 28 de abril de 2007

Amigos que no he vuelto a ver...

Hay gente que queda atrás, no es bueno ni malo, simplemente es así. Llega un momento en que te alejas, te separas y pierdes el contacto. Es algo progresivo, no surge de golpe. Al principio hay llamadas, cartas, mensajes o emilios; pequeñas comunicaciones que poco a poco se van espaciando cada vez más y más. Supongo que a todos nos ha pasado.
Sin embargo, de vez en cuando, vuelves a los recuerdos de hace unos años (tal vez impulsado por una foto, por una dedicatoria en un libro, por cualquier cosa...) y te encuentras con que algunas personas dejaron pequeños recuerdos imborrables que, aún hoy, te hacen sonreir.

Rosa Bou, Raquel Lledós, El Suizo, Ernesto Moragón, Jorge Sanz, Leticia Laplana, Ismael, Maria Eugenia Abadia, Ana Isabel (mi pelirroja favorita), Ana Cruz Casas,José Hernandez, Ángel Mártinez, Conchi Andrés, Coté Botella...

Son muchos los que me dejo, lo sé. Gente que me acompañó, que caminó conmigo en momentos buenos y malos, con los que sonreí, reí y me emocioné, gente que formó parte de mi vida y qué aún lo hace de mi memoria.

Esté es mi pequeño homenaje, porque no doy para más.

Nunca os olvido.

http://www.goear.com/listen.php?v=2537b06

jueves, 26 de abril de 2007

Reflexión para May

El mundo no se divide en señoras o criadas, sino en MUJERES que lo son, y en otras, que no merecen serlo...

sábado, 21 de abril de 2007

Tout se remplace

Los franceses, que tienen fama de románticos, pero más aún de ser muy racionales en temas amorosos, dicen que es importante recordar que en la vida "tout passe, tout casse… et tout se remplace". En otras palabras, que todo pasa, todo se rompe… y todo se reemplaza. Bueno es recordarlo porque, cuando se está viviendo una ruptura o separación, uno tiende a pensar que el mundo se acaba o, como mínimo, que ya nada volverá a ser como antes.
Y la verdad es que es así: casi con toda seguridad no volverá a serlo. Yo, por ejemplo, suelo hablar de «mis dos realidades» porque han sido como dos vidas aparte, con diferentes amigos, diferentes gustos, diferentes necesidades… Ni mejores ni peores, sino, sencillamente, distintas. Y la ventaja que tiene haber vivido un par de vidas diferentes es que uno aprende que lo que dicen los franceses es verdad: por muy triste, dura y sin horizonte que se vea la situación cuando un amor acaba, todo pasa y, por cínico que parezca, todo se reemplaza. Esto no quiere decir que vayamos a encontrar a alguien idéntico a la persona que hemos perdido, pero es una suerte que así sea, porque no es sano ni bueno buscar en un segundo amor lo que amamos en el primero. Simplemente, empieza otra vida en la que también nosotros seremos distintos.
La juventud es un tesoro divino, ya lo dijo aquél, pero también es una época de la vida en la que uno no sabe de la misa la mitad. Cuando se es joven –o no tan joven pero sólo se ha vivido un amor– se piensa que todo es para siempre: los afectos y, por supuesto, también las desdichas. «Nunca saldré de ésta», decimos, o «Jamás querré a nadie como lo quiero a él». Los perros viejos, en cambio, los que hemos padecido la ruptura, sabemos que no es así. Puede que existan los afectos eternos, pero desde luego no existen los eternos desafectos.
Por eso quiero dedicarme esto a mi misma ahora que no todo va como debiera. Existen otras vidas. Los franceses lo saben muy bien, y en su idioma –que según Goethe es el más idóneo para hablar de amor– lo expresan así: Tout passe, tout casse, tout lasse… et tout se remplace.

viernes, 20 de abril de 2007

Viejas glorias

"Lo se todo,lo que pasó en el embalse de Ricobayo, en la casa por debajo del bar. Fui al Mermero,nº2 y vi por la ventaba como volaban los cacharros por encima de las cabezas, pero también vi lo demas por entre las cortinas estampadas..."

Desde el mismisimo Pirineo, ¡os echo de menos!gracias por seguir conmigo 30 años después.

jueves, 19 de abril de 2007

miércoles, 18 de abril de 2007

permite que te invite a la despedida
no importa que no merezca más tu atención
así se hacen las cosas en mí familia
así me enseñaron a que las quisiera yo

permite que te dedique la última línea
no importa que te disguste esta canción
así mi conciencia quedará más tranquila
así en esta banda decimos adiós

...y al final
te ataré con todas mis fuerzas
mis brazos serán cuerdas al bailar este vals
...y al final
quiero verte de nuevo contenta
sigue dando vueltas
si aguantas de pie

permite que te explique que no tengo prisa
no importa que tengas algo mejor que hacer
así nos podemos pegar toda la vida
así si me dejas no te dejaré de querer

viernes, 13 de abril de 2007

No soy nada sin vosotros

-No -dijo el principito-. Busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"? -volvió a preguntar el principito.
-Es una cosa ya olvidada- dijo el zorro-, significa "crear vínculos..."
-¿Crear vínculos?
- Efectivamente, verás- dijo el zorro-. Tu no eres para mi todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos y no te necesito para nada. Tampoco tú tienes necesidad de mi y no soy para tí mas que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si tu me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tu serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo..."
-Comienzo a comprender -dijo el principito-. Hay una flor...creo que ella me ha domesticado...
(....)
-No son nada, ni en nada se parecen a mi rosa. Nadie las ha domesticado ni ustedes han domesticado a nadie. Son como el zorro era antes, que en nada se diferenciaba de otros cien mil zorros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo...Son muy bellas, pero están vacías y nadie daría la vida por ustedes. Cualquiera que las vea podrá creer indudablemente que mi rosa es igual que ustedes. Pero ella se sabe mas importante que todas, porque yo la he regado, porque ha sido ella a la que abrigué en el fanal, porque yo le maté los gusanos (salvo dos o tres que se hicieron mariposas) y es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin.
Y volvió con el zorro.
-Adiós- dijo el zorro. He aquí mi secreto, que no puede ser mas simple: sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos.
-Lo esencial es invisible para los ojos- repitió el principito para acordarse.
-Lo que hace importante a tu rosa, es el tiempo que has perdido con ella.
-Es el tiempo que yo he perdido con ella... -repitió el principito.
-Los hombres han olvidado esta verdad- dijo el zorro-, pero tu no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Tu eres responsable de tu rosa.
-Yo soy responsable de mi rosa...- repitió el principito a fin de recordarlo.

miércoles, 11 de abril de 2007

Baloncesto

Nunca me gustó el fútbol; nunca lo practiqué... Yo era un niño un poco raro (lo sé, aun soy raro) con 8 o 9 años cogí un aro de esos de empujar con un hierro, lo colgué de los barrotes de la terraza y así me fabriqué una canasta de baloncesto. Puro playground. Asfalto lleno de baches en vez de parquet, barrotes de madera en lugar de tablero y un balón de fútbol que alguien me regaló por mi primera comunión.

Uno de mis primeros recuerdos de baloncesto es levantarme a las tres o las cuatro de la mañana para ver la semifinal y la final de las olimpiadas de Los Ángeles 1984. Allí estaba Fernando Martín. Años después murió cuando iba a disputar un partido contra el CAI Zaragoza... Es imposible explicar lo que fue Fernando para los que nos gusta el basket. Me encontré este video en un blog de un entrenador. Se que a los que pasais por aquí (¿pasa alguien?) puede no interesaros, puede pareceros estupido, pero a mi me pone los pelos de punta.

Y en estos tiempos de Gasoles y Navarros, en el que se ganan campeonatos del mundo, no está mal recordar a aquellos que abrieron camino.

sábado, 7 de abril de 2007

Cada cosa tiene su belleza, pero no todos pueden verla

No importa que estemos orgullosos de nuestra gordura; siempre hay un zascandil que nos mira con aprensión o desasosiego, temeroso de que vayamos a contagiarle unos kilitos de más. Antaño, cuando aún no se había descubierto el colesterol (o ya se había descubierto, pero el hambre acuciaba), la gordura era síntoma de salud: los humoristas dibujaban a los plutócratas rebolludos y tripones, con los dedos afianzados en las sisas del chaleco y un veguero humeando en los labios; las madres competían por ver quién conseguía cebar más a su nene y pellizcaban con arrobo sus mollas mantecosas, confiadas de que en esos depósitos –como en las jorobas del camello– se almacenaba la garantía de su supervivencia; las señoras de ancas generosas y pechuga desbordante cotizaban al alza entre la población masculina, que buscaba en la mujer las mismas propiedades que en la gallina ponedora. Pero el predicamento de los gordos se hundió de repente; y hoy quienes aún perseveramos en el cultivo de nuestras redondeces somos considerados erratas de la naturaleza, aberraciones que conviene recluir en un lazareto, no sea que espantemos a los niños.
Se rehúye nuestra presencia incómoda, o si acaso se nos acepta como concesión misericordiosa a las reglas de la urbanidad, con la condición de que nos mostremos compungidos y dispuesto a someternos a un severo régimen (pero no hay régimen que nos redima, salvo el internamiento en un campo de concentración nazi).
A nadie se le ocurre reprochar a un lisiado que no se levante de la silla de ruedas; tampoco preguntarle a un feo de solemnidad cómo se las arregla para esquivar los espejos. En cambio, nadie tiene reparo en atosigar al gordo con preguntas capciosas o consejitos malévolos. "¿No haces ejercicio?", te preguntan, con ferocidad disfrazada de candor, sin apenas conocerte. "Es que sudar me da hambre", respondes, a la vez que dispensas al entrometido una mirada de asco somnoliento. "¿Y no has probado a hacerte un análisis de sangre? A la vista de los resultados, te dicen lo que puedes comer y lo que no", insisten. "Mi religión me prohíbe hacerme análisis de sangre. Y, además, me mareo", te defiendes. "Quizá bastaría con que te privases de algunos caprichitos", proponen todavía, con ese rencor almibarado tan característico de quienes han hecho de la báscula el altar de su aburrimiento. Entonces esbozas un gesto libidinoso, te arrimas al flaco profesional que se ha propuesto aguarte la fiesta y le susurras al oído: "Si me privara de mis caprichitos, se me pondría la misma cara de congrio que a ti".

Increible, los gordos estamos cogiendo fama de maleducados.

miércoles, 4 de abril de 2007

Sois todo cuanto tengo


Gracias por surcar las agitadas aguas del cambio conmigo.
Gracias por sostener mi mano. Y gracias por esperar.
Gracias por creer en mi, aun cuando os alejé.
Gracias por ayudarme a encontrar mi camino.
Gracias por quedaros a mi lado.
Gracias por acompañarme aun en silencio.

Os quiero

lunes, 2 de abril de 2007

La melancolía es un licor bien caro,
no te has dado cuenta y ya te ha emborrachado...



domingo, 1 de abril de 2007

Nada hay en el mundo tan común como la ignorancia y los charlatanes

A menudo, escasos de cultura y de criterio, cuando surge alguna estupidez, en vez de llamarla por su nombre y ocuparnos de cosas más urgentes, nos ponemos a considerarla con toda seriedad. Ninguno de nosotros se la traga de verdad, pero miramos de reojo a los otros, vemos que nadie protesta y que todos –que a su vez nos miran de reojo a nosotros– parecen aprobarla.
Nunca hubo tantos imbéciles imponiendo su dictadura, ni tanta gilipollez elevada a la categoría de norma obligatoria. Nunca al qué dirán y a lo socialmente correcto se le dio tanto cuartelillo. Nunca condicionó tanto nuestras vidas el capricho de las minorías, la demagogia de los oportunistas, la estupidez de los tontos del culo.
No me lo pidais, no pienso unirme al rebaño. Esta vez no. Lo siento.