sábado, 23 de febrero de 2008

La luna es exactamente como a mí me da la gana.


NO QUIERO CONVENCER A NADIE, DE NADA

No quiero convencer a nadie de nada. Tratar de
convencer a otra persona es indecoroso, es atentar contra
su libertad de pensar o creer o de hacer lo que le dé la
gana. Yo quiero sólo enseñar, dar a conocer, mostrar, no
demostrar. Que cada uno llegue a la verdad por sus propios
pasos, y que nadie le llame equivocado o limitado. (¿Quién
es quién para decir "esto es así", si la historia de la
humanidad no es más que una historia de contradicciones y
de tanteos y de búsquedas?)

Si a alguien he de convencer algún día, ese alguien ha de
ser yo mismo. Convencerme de que no vale la pena llorar, ni
afligirse, ni pensar en la muerte. "La vejez, la enfermedad
y la muerte", de Buda, no son más que la muerte, y la muerte
es inevitable. Tan inevitable como el nacimiento.

Lo bueno es vivir del mejor modo posible. Peleando, lastimando,
acariciando, soñando. (¡Pero siempre se vive del mejor modo
posible!)

Mientras yo no pueda respirar bajo el agua, o volar (pero de
verdad volar, yo solo, con mis brazos), tendrá que gustarme
caminar sobre la tierra, y ser hombre, no pez ni ave.

No tengo ningún deseo que me digan que la luna es diferente
a mis sueños.

Jaime Sabines

lunes, 18 de febrero de 2008

Carmen Posadas "Un egoísta es todo aquel que no piensa en mi"

Como soy una calamidad con las máquinas y con todo lo relacionado con la informática, he tardado mucho en entrar en el mágico mundo de Internet. Me aburría tanto la idea de aprender aquello que empecé con la vieja y simple táctica de Narciso, que resulta tan pedagógica, hasta que fui adquiriendo soltura y gracias a ella ahora navego más o menos bien. La táctica de Narciso (ya, ya sé que no dice mucho en mi favor) consiste en teclear en el buscador, en este caso 'Carmen Posadas', y ver qué sale. Con este sistema he descubierto todo lo bueno y todo lo horroroso que se dice sobre mí en la Red, lo que me hace pensar que estaba mejor antes cuando, tal como lo planeó el buen Dios, ignoraba los pensamientos de mi prójimo. Aun así, esta cura de humildad me ha llevado a descubrir muchas cosas y a saber qué interesa a la gente de lo que digo y qué no, algo muy útil para alguien que se dedica a escribir en prensa. Existe una página en la Red llamada Citas citables o algo así en la que incluyen una frase mía y, después de agradecer a sus responsables la deferencia, me gustaría aprovechar la ocasión para explicarla mejor, puesto que, tal como está transcrita, quizá no se entiende. La 'cita citable' –según estas amables personas– dice más o menos lo siguiente: «Existe una teoría infalible sobre los amigos y es que hay que saber bien qué se puede esperar de cada uno».



Como ven, dicha de este modo, la frase no parece digna de codearse con una de Oscar Wilde precisamente, pero como creo que la idea central puede resultarle útil a alguien, me gustaría comentarla con ustedes.



En una de las circunstancias más difíciles de mi vida, un periodista me preguntó cuántos amigos había perdido en la adversidad, y yo le contesté que ninguno. Como en los momentos duros hay muchas personas que fallan e incluso nos niegan, el periodista se quedó bastante atónito y tuve que explicarle que, según mi experiencia, nadie falla si sabe uno qué esperar de cada persona y no pide peras al olmo.



Lo que quiero decir es que hay amigos a los que podemos llamar a las cinco de la mañana para que nos consuelen de un mal de amores. Otros que son como una tumba y sabemos que nunca divulgarán una confidencia. Algunos (raros, pero los hay) a los que podemos acudir en un apuro económico. Y, por fin, amigos que siempre hablarán bien de nosotros pase lo que pase. Lo que no se puede esperar, sin embargo, es que el que nos consuela sea una tumba o que el que nos presta dinero hable bien de nosotros, ni que el que habla bien de nosotros se plante en nuestra casa a las cinco de la mañana cuando nos da el mal de amores. Cada uno sirve para lo que sirve y no hay que esperar más, so pena de llevarnos el consabido chasco.



Como la gente es muy proclive a ver la paja en el ojo ajeno y no la cacho viga del quince en el propio, piensa que él o ella es incondicional y que nunca fallaría a un amigo; pero eso no es más que un espejismo. Hay gente más generosa y gente más egoísta, pero (casi) ninguno somos san Francisco de Asís, que yo sepa. Tengo muy claro, por ejemplo, que no pertenezco al grupo Uno de los antes mencionados. Es decir, a mí que no me llamen a las cinco de la mañana así haya un terremoto. Pero vivimos en un mundo tan autocomplaciente que nadie se detiene a hacer una mínima reflexión sobre sí mismo y tiende a pensar que cada cual es perfecto y los demás, malvados. En realidad, quienes piensan así pertenecen a ese colectivo insufrible que cree que «un egoísta es todo aquel que no piensa en mí». Sin embargo, la autocomplacencia es un bálsamo engañoso, pues al principio quizá reconforta pensar que somos buenos y el resto de la humanidad, malvada, pero al final lo único que conseguimos con esta creencia es quedarnos solos en nuestra tonta torrecita de marfil. Por eso, yo prefiero confiar en la gente. Porque, como digo, si uno sabe qué esperar del otro, ese otro nunca falla. Con este sistema se ahorran muchas desilusiones, muchos chascos y, sobre todo, mucho rencor. Además, cuando uno no espera nada o casi nada, todo lo que reciba será siempre un regalo maravilloso, ¿o no?



El deseo del olvido es un espejismo. Mientras más se anhela, más lejos se está de alcanzarlo. Si borráramos de nuestra memoria todo lo que nos ha causado dolor en nuestra vida, seríamos otras personas.
Hay quien dice que en tiempos de paz no se crece, pero estoy segura de que se descansa.

domingo, 10 de febrero de 2008

Filosofía...


¿Por qué el sol aclara el pelo, y sin embargo oscurece la piel?

¿Por qué las mujeres no se pueden pintar las pestañas con la boca cerrada?

¿Por qué nunca se ha visto en los titulares de un periódico "Adivino gana la lotería"?

¿Por qué no hay comida para gatos con sabor a ratón?

Cuando sale al mercado una nueva marca de comida para perro y con mejor sabor, ¿quién la prueba?

¿Por qué se esterilizan las agujas para las inyecciones letales?

¿Por qué los aviones no están hechos del mismo material que la caja negra?

¿Por qué las ovejas no encogen cuando llueve y los jerseys de lana sí?

Si volar es tan seguro... ¿por qué se le llama al aeropuerto "Terminal"?

¿Hasta dónde se lava la cara un calvo?

¿Por qué apretamos más fuerte los botones del mando a distancia cuando tiene pocas pilas?

¿Por qué se lavan las toallas? ¿No se supone que estamos limpios cuando las usamos?

¿Por qué las mujeres con las curvas más aerodinámicas son las que más resistencia ofrecen?

El mundo es redondo y lo llamamos planeta, ¿si fuera plano lo llamaríamos redondeta?

¿Por qué cuando en el coche no vemos algo apagamos la radio?

Si un abogado enloquece, ¿pierde el juicio?

¿Disfrutan tanto los infantes de la infancia como los adultos del adulterio?

¿Qué tiempo verbal es "no debería haber pasado"? ¿Preservativo imperfecto?

Cuando una mujer está encinta... ¿está también en compact?

¿Qué cuentan las ovejas para poder dormir?

¿Por qué las ciruelas negras son rojas cuando están verdes?

¿Dónde está la otra mitad de Oriente Medio?

¿Por qué cuando llueve levantamos los hombros? ¿Acaso nos mojamos menos?

¿Por qué las magdalenas se ponen duras y las galletas blandas?

Y por último... -¿Por qué para apagar Windows hay que ir al botón de Inicio?

Desconozco el autor/a

viernes, 8 de febrero de 2008

ÁNGULOS

A veces, es sólo un cambio de ángulo el que nos mostrará el camino

jueves, 7 de febrero de 2008

De entre todas las mujeres



De entre todas las mujeres, me quedo con aquellas que miran la vida de frente. No sé si serán más valientes o más cobardes, pero no le temen a que el mañana les sorprenda con un reto.

De entre todas las mujeres, me quedo con aquellas que no confrontan su sensibilidad con la fortaleza de la lucha, y que no necesitan pancarta ni manifiesto para creer que este mundo aún se puede cambiar.

De entre todas las mujeres, me quedo con las que viven sin rencor lo que ayer vivieron con desgarro, porque de ellas nace cada instante un respeto inmenso hacia el universo.

De entre todas las mujeres, me quedo con aquellas que no necesitan gritar para sentirse vivas, esas que dejan trazo al andar sirviendo de algoritmo para las que no somos funambulistas.

De entre todas las mujeres, me quedo con aquellas que un día perdieron la voz pero nunca olvidaron el ángulo correcto de un abrazo.

De entre todas las mujeres, me quedo con el esbozo de la ilusión de no dejar nunca de ser una mujer en construcción.

miércoles, 6 de febrero de 2008

De fuegos


Gracias a Eduardo Galeano aprendí lo siguiente:

"[...]Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende."

Existen momentos en la vida en que nuestro propio fuego nos prende. Y así nos sentimos en tierras de Lucifer, corriendo de un lado a otro en busca de un aguador que acabe con nuestra insolación. Somos partícipes de la peor excusa que el ser humano ha inventado para justificarse: la culpa, y así dejamos que nuestros tejidos se calcinen mientras repetimos, de forma enajenada, que merecemos el castigo.
Acudirán a nuestro rescate un sin fin de aguadores, algunos más diestros que otros, pero no dejaremos que se acerquen a nuestro cuerpo por miedo a que maten nuestra intensidad.
De repente un día, sin mayor causa que la caducidad de la irracionalidad, seremos capaces de dejar que nuestro fuego nos ilumine. Aprenderemos entonces que podemos quemar, pero también que podemos amar dando calidez a nuestros encuentros.
Y así, con gesto amable, nos daremos la vuelta dirigiéndonos a tantos aguadores voluntarios que arriesgaron su vida y agotaron su paciencia, y exclamaremos: estoy preparada para ser salvada.
Desplegad el océano sobre mi.

lunes, 4 de febrero de 2008

Esperando a Morfeo

"No conozco la clave del éxito, pero sé que la clave del fracaso es tratar de complacer a todo el mundo."
Woody Allen

domingo, 3 de febrero de 2008


Este domingo la violencia de género se ha cobrado una nueva víctima.

Resulta despreciable acostumbrarnos a leer este tipo de noticias, pero cada vez nos sorprende menos su titular.
En lo que va de año,ocho mujeres han sido asesinadas en el contexto de la violencia doméstica. Sabemos que la ley avanza, que la justicia ha establecido un camino más rápido para las medidas cautelares y el cumplimiento de las órdenes de alejamiento, pero algo sigue fallando. La agresividad se respira fuertemente en nuestra sociedad, y el maltrato es su consecuencia más inmediata.

Cuando una piensa en el perfil del maltratador, casi lo tiene claro. Se imagina a un fracasado seductor de segunda categoría que despedaza su ira en su ser más cercano, su pareja. Ahí vierte toda su violencia envolviéndola de un amor posesivo que ella cree, sobre todo en las primeras fases, como verdadero. Prefiere creerle cuando se disculpa y olvidarle cuando la golpea.

Pero nos sorprenderíamos al imaginar el de la mujer maltratada. Es muy heterogéneo, y no se cumple esa idea de que la mujer no abandona el hogar por no tener recursos económicos. Se queda por miedo. Porque el miedo paraliza, el miedo anula, el miedo disfraza cualquier situación vivida como factible de cambiar. Y es mentira, no cambia. Empeora.

Según un documento de EL MUNDO, bastaría son cumplir estos diez mandamientos para salir del maltrato...

1. Amarás tu vida y la de tus hijos por encima de todas la cosas.

2. Denunciarás en comisaría la próxima agresión física o psíquica que sufras.

3. No consentirás que él controle tu vida.

4. No dejarás que te insulte ni que te haga creer que eres inferior a él.

5. No creerás ni una vez más sus disculpas y promesas de cambio.

6. Convéncete de que si te pega y te humilla, no te quiere.

7. No te sentirás responsable. Si te maltrata, el único culpable es él.

8. Escucharás los consejos de familiares y amigos que te quieran ayudar.

9. Buscarás la ayuda profesional de psicólogos y asistentes sociales.

10. Creerás en ti misma.


Desde la experiencia, sólo el décimo funciona...

sábado, 2 de febrero de 2008

UN REGALO para ti

Esta tarde/noche de sábado, con un cielo despejado y una luna casi llena se me ha disparado el recuerdo.
Buscando al final he encontrado el monólogo, y me veo en la obligación de regalárselo a una persona con la que comparti sueños. A una persona a la que no supe entender, a la que tuve que dejar marchar para conocer el verdadero amor, ese en el que se desea lo mejor para el otro sin desear nada a cambio.
Con una sonrisa en mi rostro, transformando el olvido en un lugar de paz donde habitan los mejores recuerdos de lo compartido, te dedico nuestro video.
Lindos sueños, allá donde estés.

"Piedras"