miércoles, 10 de octubre de 2007

Seriamente...

Hoy me he levantado , dolorida, cansada y con náuseas. Mi amiguita del alama me ha dicho guinándome un ojillo que a ver si estoy embarazada.

Y yo me he empezado a preocupar seriamente.

No hago más que darle vueltas a la cabeza. No puedo pensar en otra cosa. No entraba en mis planes pensar de nuevo en la maternidad en este momento. ¿Otro hijo? ¿Toda esa responsabilidad? ¿Estoy preparada para volver a ser madre?

Bien pensado en la edad estoy, si Ana Rosa Quintana puede, ¡ anda que no voy a poder yo!. Si lo pienso bien, tener otro bebé me puede hacer hasta ilusión, últimamente me noto con el instinto maternal más agudizado. El rodaje lo tengo hecho después de tener a Nhoa. Sé cambiar pañales, dar biberones; sé de apiretales y dalsys, de mocos, de cantar nanas, de arrullar. Sé lo del libro ese de "duérmete niño" que sólo funciona si tienes una voluntad más férrea que la del sargento de hierro. Improviso cuentos como si fuera la misma Nanny y ante un ataque de llanto mi mano se convierte en una peluda araña capaz de distraer con sus bailes a chicos y grandes. Doy masajitos en la tripa que alivian los gases (NO, no pienso probar esto con adultos). Y sé de Teletubbies y su ambigüedad morada, del Lunnies, de Caillou, de Pocoyó y de canciones moderno-infantiles que están mas allá y más acá de nuestra época.

Es cierto que mi casa es de alquiler y pequeña, pero antes la gente vivía más apretujada y tampoco pasaba nada. Lo mismo pienso del dinero, en según qué casas es posible estirar un sueldo como el nuestro para unas cuantas personas. Además ahora están las ayudas estatales, esas que permiten que tener un hijo sea tan cómodo y fácil que en vez de uno hasta apetece tener cinco.

En el ámbito ético moral me preocupa lo de intentar transmitirles a mi hijos unos valores que no sólo se cotizan menos cada día, sino que pueden hacer que en algún momento de su vida les coloquen el sanbenito de "pringaos". ¿Y como le explico a mi "bebés" que hay música aparte del reggeton y que la gente tiene más inquietudes que las de ser famoso o pasar por gran hermano? ¿Cómo les cuento que hay que luchar por ser feliz aunque la vida esté hecha de tropiezos? ¿Que la belleza está sobrevalorada y que la verdadera belleza reside en el interior, aunque la bondad resulta ser un arma que puede ser utilizada en tu contra?

En fín que estoy hecha un mar de dudas.
Aunque lo que más, más me preocupa de todo esto es una pregunta que quizá me podáis resolver.......



¿Sabéis que tal resulta el Espíritu Santo ese como padre?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

gamberra

Anónimo dijo...

yo no me lo pensaria dos veces
;)
saludos