[...]Cómo las princesas. Que son tan sensibles que notan la rotación de la tierra, por eso se marean todo el rato, ¿no lo sabías? A mi me pasa también, que noto cómo gira. Dicen que son tan sensibles que cuando están lejos de sus reinos se enferman de tristeza. Y que hasta se pueden se morir de tristeza. Menos mal que yo no soy princesa, porque ya no estaría aquí. [...]
Princesas. Fernando León de Aranoa.

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