Hay horas peligrosas, como estas87.
Hay horas interminables. Horas mágicas, horas malditas. Hay horas que valen por toda una vida. Horas que terminan sin haber empezado. Horas que se clavan en tus recuerdos durante años. Horas que pasan desapercibidas.
Y hay horas de impaciencia. Como las 87 que me faltan para volver a tener reunida a mi familia.
domingo, 2 de noviembre de 2008
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