martes, 1 de abril de 2008
Que no, que no me vendo....
Conté mis años y descubrí que tengo menos tiempo para vivir. Me siento como aquella joven que ganó una caja de dátiles; los primeros los comió con displicencia pero cuando percibió que quedaban pocos, comenzó a roer hasta el carozo. Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades. No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados. No tolero a los ventajeros. Me molestan los envidiosos que tratan de desacreditar a los capaces para apropiarse de sus lugares, talentos y logros.
Sin muchos dátiles en la caja, quiero vivir al lado de gente humana, muy humana; que sepa reír de sus errores, que no se envanezca con sus triunfos, que no se considere electa antes de hora, que no huya de sus responsabilidades, que defienda la dignidad de los marginados.
Caminar junto a cosas y personas de verdad, disfrutar de un afecto absolutamente sin fraudes, nunca será pérdida de tiempo. Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena.
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1 comentario:
Si cada día tuviéramos en cuenta algunas de las cosas que se mencionan en tu entrada, estoy segura de que la vida sería distinta, y sin duda, mucho mejor...
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