A menudo, escasos de cultura y de criterio, cuando surge alguna estupidez, en vez de llamarla por su nombre y ocuparnos de cosas más urgentes, nos ponemos a considerarla con toda seriedad. Ninguno de nosotros se la traga de verdad, pero miramos de reojo a los otros, vemos que nadie protesta y que todos –que a su vez nos miran de reojo a nosotros– parecen aprobarla.
Nunca hubo tantos imbéciles imponiendo su dictadura, ni tanta gilipollez elevada a la categoría de norma obligatoria. Nunca al qué dirán y a lo socialmente correcto se le dio tanto cuartelillo. Nunca condicionó tanto nuestras vidas el capricho de las minorías, la demagogia de los oportunistas, la estupidez de los tontos del culo.
No me lo pidais, no pienso unirme al rebaño. Esta vez no. Lo siento.
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1 comentario:
comparto absolutamente tu opinion, que no cuenten conmigo para balar en ese rebaño. Da gusto ver que aún queda quien piensa por sí solo Por cierto, si te caes siete veces...sólo necesitas levantarte siete veces para seguir en pie, no lo pongas aún más difícil. Enhorabuena, me gustan tus comentarios.
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