martes, 15 de mayo de 2007

Por miedo a disminuir, dejamos de crecer. Por miedo a llorar, dejamos de reír.

En el principio del camino siempre hay una encrucijada. Allí puedes pararte a pensar en la dirección que vas a tomar. Pero no te quedes demasiado tiempo, o nunca saldrás de ese lugar.
Reflexiona lo necesario sobre las opciones que tienes delante, pero una vez que des el primer paso, olvídate definitivamente de la encrucijada, pues en caso contrario nunca dejarás de torturarte con la inútil pregunta: "¿El camino que elegí era el correcto?".Si prestaste oídos a tu corazón antes de ponerte en movimiento, escogiste, sin duda, el buen camino.
¡Hazlo!Sin miedo.

1 comentario:

luismagik dijo...

Hola, me encanto lo que escribiste espero que vuelvas a hacer algo parecido.
te mando un abrazo
Luis.