Imagino, que cada uno va acumulando errores. Sus errores. Más que con los demás, con uno mismo.
Algunos se heredan, es cierto y cuesta desprenderse de ellos. Pero otros, otros nos los ganamos a pulso con nuestra actitud, cabezonería o, simplemente, pasividad...
Pero nadie puede reclamarte nada.
Para eso ya estás tu.
miércoles, 15 de agosto de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario