jueves, 30 de agosto de 2007

Y es que mi vida no son hechos...


Sí, me felicito.
Tengo casi superada la fase en la que uno busca exculparse de las penurias personales culpabilizando al resto.
Ahora, fijo el objetivo en superarme a mi misma...
Puede que sí, que ellos influyesen decisivamente (quizá demasiado) en lo que hoy vivo, soy y siento, pero insisto ¡señalarlos, criminalizarlos, juzgarlos y condenarlos no me va a solucionar el problema!
Hoy y siempre todo depende y dependió de mi, única y exclusivamente de mi.
Ese paso que se hace necesario, absolutamente imprescindible, he de darlo yo. Y tras uno, otro. Seguro.

Pero me siguen pesando los pies como si estuviesen rellenos de plomo...

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