
Sí, me felicito.
Tengo casi superada la fase en la que uno busca exculparse de las penurias personales culpabilizando al resto.
Ahora, fijo el objetivo en superarme a mi misma...
Puede que sí, que ellos influyesen decisivamente (quizá demasiado) en lo que hoy vivo, soy y siento, pero insisto ¡señalarlos, criminalizarlos, juzgarlos y condenarlos no me va a solucionar el problema!
Hoy y siempre todo depende y dependió de mi, única y exclusivamente de mi.
Ese paso que se hace necesario, absolutamente imprescindible, he de darlo yo. Y tras uno, otro. Seguro.
Pero me siguen pesando los pies como si estuviesen rellenos de plomo...
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